Todos los templos egipcios están alineados astronómicamente y los conductos de la Gran Pirámide apuntan a estrellas muy precisas, directamente relacionadas con la Duat, a la que aluden reiteradamente sus textos iniciáticos de las tumbas, los sarcófagos y las pirámides. Todas éstas fueron alineadas conforme a un mapa estelar muy concreto, respondiendo al axioma hermético “como es Arriba, así es abajo”. 

Lo mismo ocurre con miles de monumentos y manifestaciones artísticas, en todas las épocas y civilizaciones, desde las pinturas rupestres hasta los alineamientos trazados por los masones en las ciudades modernas, pasando por todos los megalitos, geoglifos como los de Nazca, pirámides y templos dispersos por todo el mundo, catedrales góticas, etc. 

¿A qué obedece esa obsesión astronómica permanente? ¿Tiene algo que ver con el anhelo de realinearnos con nuestro origen estelar?